La Dinastía XXVII o Vigesimoséptima Dinastía, también denominada primera dominación persa transcurre de 525 a 404 a. C. Egipto fue sometido e integrado en el Imperio aqueménida en dos ocasiones.
Los reyes persas fueron representados en Menfis por un sátrapa y un tesorero, aunque ideológicamente estos emperadores eran los sucesores de los faraones saítas y para Manetón constituyeron la dinastía XXVII.
Desde la época saíta Egipto había prosperado brillantemente económica y culturalmente; Cambises II y Darío I conseguían una provincia especialmente lucrativa.
Al mismo tiempo, los funcionarios nativos aliados y los persas estaban sumamente capacitados para administrar la tierra, estos también se asentaron, reforzaron las guarniciones con extranjeros (como la judeo-aramea de Elefantina) y dieron a griegos y fenicios facilidades como mercaderes.
Las dinastías XXVI, XXVII, XXVIII, XXIX, XXX y XXXI configuran, generalmente, el denominado periodo tardío de Egipto.