Tuvo gran importancia desde épocas antiguas hasta el periodo helenístico por estar adyacente a la primera catarata, una frontera natural, en la que estaba emplazada una importante guarnición, que controlaba las rutas del sur de Egipto.
Durante el Segundo Período Intermedio (1650-1550 a. C.), la fortaleza marcó la frontera sur de Egipto.
Estas antiquísimas ruinas aún en pie están hechas con las mismas piedras que la pirámide escalonada de la tercera dinastía.
Además sobrevive un pequeño templo construido por el nomarca local Heqaib durante la sexta dinastía.
Este uno de los nilómetros más antiguos, reconstruido por los romanos varias veces y todavía en uso durante periodos tan tardíos como el siglo XIX.
Los noventa pasos que conducen hasta el río están marcados con numeración indoarábica, romana y jeroglífica.
Visibles en la orilla del agua son las inscripciones grabadas profundamente en la roca durante la dinastía XVII.
Uno de los nilómetros, aunque no se sabe con certeza cuál, es mencionado por el historiador griego Estrabón .
[5] El templo pudo haber sido construido en reacción a Manasés y su restablecimiento del culto pagano o simplemente para servir las necesidades de la comunidad judía.