Anthocerotophyta

Los antoceros se pueden encontrar en todo el mundo, aunque tienden a crecer solo en lugares húmedos.

Algunas especies crecen en grandes cantidades como pequeñas malezas en el suelo de jardines y campos cultivados.

Reúne el grupo un total de unas 200-250 especies, repartidas en catorce géneros y cinco familias.

Se encuentran distribuidas por todo el mundo, en zonas húmedas o con aguas rezumantes, a veces en grandes extensiones, pero usualmente son raras y difíciles de encontrar, siendo más comunes en zonas cálidas y muy raras en climas fríos.

Esta da lugar directamente un gametófito taloso, similar al de algunas hepáticas (con las que puede llegar a confundirse), sin desarrollar previamente un protonema.

Varias especies desarrollan propágulos marginales que, al desprenderse, dan lugar directamente a nuevos talos.

Cada célula contiene un solo cloroplasto discoidal grande que rodea un pirenoide central (como ocurre en algunas algas verdes), con algunas excepciones.

Se originan a partir de una célula subepidérmica y en su crecimiento, los anteridios (órganos masculinos) quedan expuestos al exterior al producirse la ruptura de las células epidérmicas del talo que recubren las cámaras anteridiales.

Los anterozoides presentan dos flagelos apicales y un cuerpo celular de simetría bilateral arrollado en espiral a derechas, como en las hepáticas.

Los anterozoides se desplazan hasta los arquegonios utilizando la película de humedad que recubre los talos debido a la atracción que ejercen sobre ellos las sustancias producidas por la desintegración de las células del canal del cuello.

La ovocélula fecundada (zigoto) se divide en dos de manera longitudinal la primera vez, siendo la segunda división transversal, dando así origen al desarrollo del embrión diploide.

Este carece de seta (sésil) y presenta un meristemo intercalar basal, que lo hace crecer ininterrumpidamente mientras se den las condiciones ambientales adecuadas.

En la madurez, la cápsula se abre longitudinalmente en dos valvas desde la parte apical por dos líneas opuestas de menor resistencia, liberando las esporas.

Debido a su asociación simbiótica con la cianobacteria Nostoc, los antocerotófitos incorporan el N2 atmosférico, absorbiendo por el talo agua y materia inorgánica.

Esto los hace relativamente independientes del medio y les permite soportar condiciones extremas, por lo que se encuentran entre las plantas pioneras sobre la roca desnuda.

El fósil más antiguo asignado a los antocerotófitos es la espora fósil Stoverisporites lunaris del Cretáceo Inferior de Argentina, que se asemeja a las esporas de los Phaeomegaceros actuales, un género evolutivamente avanzado.

Ciclo biológico de Phaeoceros
Situación de los anteridios y arquegonios en un talo de Anthoceros
Detalle de un anteridio de Anthoceros liberando los anterozoides
Corte esquemático de un esporangio joven y otro desarrollado de Anthoceros
Anthoceros mostrando un gametófito taloso con numerosos esporófitos
Aspecto de un área cubierta por antocerotófitos
Phaeoceros laevis
Phaeoceros carolinianus