Su tío paterno Jacques también había sido obispo de Rennes.
[4] El nuevo rey Carlos VIII le hizo miembro de su consejo y le nombró gobernador de París.
[5] En 1488, con el favor del rey Carlos VIII, el papa Inocencio VIII le nombró también[b] arzobispo de Lyon (y como tal, Primado de las Galias) en sucesión del difunto Carlos II de Borbón, pero antes de que el breve pontificio llegara a Francia los canónigos del capítulo catedralicio habían elegido para tal cargo a Hugues de Talaru y se negaron a aceptar a Espinay; el proceso de apelación duró más de diez años, durante los cuales la administración de la diócesis se encargó al obispo de Autun Antoine de Chalon.
[6][7][8] El papa Inocencio VIII le creó cardenal en el consistorio de 1489, con título de San Silvestre y San Martino,[9] No viajó a Roma para recibir el capelo, sino que le fue entregado en Francia por el nuncio Leonello Cheregato.
Fue sepultado en el convento de los celestinos de París, pero su tumba desapareció con la demolición del edificio a finales del siglo XIX.