Alzamiento indígena de Cañar-Azuay (1862)

[7]​[8]​ El doctor Gabriel García Moreno llega a la presidencia del Ecuador, tras el exilio forzado del presidente Francisco Robles y de derrotar al ejército liberal del general Guillermo Franco en la batalla de guayaquil,[9]​que devolvía la paz al país después de una crisis diplomática y social generada por el presidente Francisco Robles quien cedió territorios disputados con el presidente Ramón Castilla de Perú a unos acreedores ingleses como pago a la deuda de la independencia.

[7]​ Gabriel García Moreno inspirado en el plan vial de Francia durante su exilio ordenado por el presidente José María Urbina, dictamino al ministro de hacienda Carlos Aguirre Montufar y el ministro del interior Rafael Carvajal,[10]​de enviar el mensaje a todas las comunidades de la sierra el retorno del trabajo de las mitas para la construcción de carreteras y formalizar la comunicación entre las dos regiones.

[7]​ Gabriel García Moreno en un principio había minimizado las acciones tomadas por Agustín Miranda y Antonio Obado, pero tras conocerse de mano de sus generales Secundino Darquea y Antonio Martínez Pallarés, de la noticia de que el general José María Urbina amigo íntimo del expresidente Francisco Robles exiliado también tras la guerra civil había planificado un movimiento militar para invadir territorio ecuatoriano,[7]​llevó a que Gabriel García Moreno ordenó la inmediata represión de las manifestaciones, bajo sus órdenes los generales Francisco Salazar, Antonio Martínez Pallarés y Julio Sáenz acompañado por una cúpula de soldados a las provincias de Cañar como Azuay.

[11]​ La llegada del ejército a las provincias se produjo un sangriento enfrentamiento donde perdieron la vida diferentes manifestantes indígenas y se ordenó la captura de Agustín Miranda junto a Antonio Obado, ambos por órdenes de Julio Sáenz serían acusados de planear un golpe de Estado contra el presidente,[7]​siendo condenados a la pena de la horca, tras sus muertes sus cuerpos serían descuartizados.

[1]​[8]​ Con la muerte de Agustín Miranda y Antonio Obado se puso fin a las manifestaciones indígenas, ante el salvajismo ocasionado por el ejército de Gabriel García Moreno se ordenó la inmediata construcción y seguimiento del plan vial,[8]​bajo la advertencia de que si las comunidades no cumplían con el dictamen sería condenados a muerte,[6]​ las manifestaciones llevaron a la renuncia del ministro Carlos Aguirre por Camilo Ponce Ortiz,[10]​este hecho provocó una mala fama al presidente por parte de las comunidades indígenas por la sobreexplotación de los trabajadores llevaría a otro levantamiento indígena en 1871 al mando del líder puruha Fernando Daquilema.

Batalla de Guayaquil.