El tío materno era el cardenal Gil Álvarez de Albornoz.
En esa carta citan a varios padres de la Iglesia, demostrando unos profundos conocimientos teológicos.
Sin embargo, el 15 de diciembre de 1416 solicitaron a Benedicto XIII que abdicase y enviase una delegación al concilio, evitando así el cisma.
Cuando el antipapa se negó, tras intentar convencer de nuevo al antipapa para que reconociese a Martín V, recientemente elegido por los cardenales del concilio, los tres cardenales se desvincularon de su causa y se pasaron al bando conciliarista.
Benedicto XIII los llamó "hijos degenerados" y los desposeyó de su cardenalato.