Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro, le da etimología pareja a la de «armilla», describiéndola como "vestidura militar corta y cerrada, por todas partes escotada y con solas medias mangas que no llegan al codo.
[5] Por todo esto se entiende que en muchos diccionarios antiguos se relacione la almilla con el jubón, llegando a nombrarse como sinónimo, aunque en realidad fuese más afín a una camisa medieval.
[6] También se conoce como almilla a la camisola o camisa corta usada por mujeres y hombres como ropa de cama.
[9] Desaparecido el uso del término en Europa, se mantiene vivo en la América Hispana sin apenas variación en su significado, es decir referido a camisa, camisola, blusa o jubón lujosos, como puede leerse en estas líneas de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de soledad: “Pietro Crespi era joven y rubio, el hombre más hermoso y mejor educado que se había visto en Macondo, tan escrupuloso en el vestir que a pesar del calor sofocante trabajaba con la almilla brocada y el grueso saco de paño...”[10] Esta prensa es mencionada en la leyenda Don Dimas de la Tijereta, que forma parte de Tradiciones peruanas (1897), de Ricardo Palma: :"El escribano siguió en la operación hasta sacarse la almilla o jubón interior, y pasándola á Lilith le dijo: —Deuda pagada y venga mi documento.
Lilit se echó á reír con todas las ganas de que es capaz un diablo alegre y truhán.
Repase usarced, señor diabolín, el contrato, y si tiene conciencia se dará por bien pagado.