Alfarería en la provincia de La Coruña

La alfarería en la provincia de La Coruña (España), más allá de la producción anterior a la Hispania romana y los restos arqueológicos anteriores al periodo medieval, aparece documentada ya desde el siglo xvi,[1]​[2]​ Tanto en el marco provincial como autonómico destaca el centro alfarero de Buño, el más singular de la Galicia costera.[3]​ Aunque la composición y cualidades del barro de la zona lo hace más adecuado a recipientes de alfarería de fuego, la larga tradición de este foco ha producido todo tipo de cacharrería: olas, cazolas con dos asas y mango, pucheiros, chocolateiras, potas, cuncas (escudillas) y cunquelos (lebrillos de base plana para comer), tazas, platos, tarteiras, barreñas, sellas, perrones, los populares botixos de rosca (botijos en forma de rueda y a menudo con pitorro en forma de gallo), petos (huchas), macetas, benditeras.[5]​ Una "Mostra da Olería de Buño" da salida a la cerámica de la zona en la anual feria alfarera.[6]​ Asimismo, la restauración municiapal de once edificios tradicionales sirven de espacio interactivo y muestra permanente en el llamado ecomuseo Forno do Forte.[11]​ La producción alfarera provincial se documenta a partir del siglo xviii en los registros del Catastro de Ensenada (1752) y en las Memorias políticas y económicas de Eugenio Larruga (1792); mención que más tarde censarían Sebastián Miñano en el Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal (1826 y 1829) y Pascual Madoz en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico (1846-1850).
Mocitas y mujeres de Buño (Galicia, España), acarreando cestos cargados con cacharrería hecha en los alfares de la localidad. Archivo Municipal de Buño. Hacia 1915.