[3] En el síndrome nefrótico, esta propiedad es menor, y se pierde gran cantidad de albúmina por la orina.
[6]Y a su vez cada dominio se subdivide en dos subdominios, A y B, cada uno con sus funciones correspondientes, siendo así la albúmina una molécula multifuncional cuyas propiedades biológicas derivan de su ubicación (intravascular, extravascular e intracelular), alta concentración y carga negativa.
[11] En el ser humano, la síntesis de albúmina se efectúa en el hígado, específicamente en los polirribosomas unidos al retículo endoplasmático.
Siguiendo con la síntesis y secreción de la albúmina, el siguiente paso da lugar a la traducción en el retículo endoplasmático rugoso.
En este proceso el ARNm sale del núcleo y se une a los ribosomas en el retículo endoplasmático rugoso (RER), donde ocurre la traducción.
Durante este paso, el ARNm es leído, y los ribosomas ensamblan la cadena de aminoácidos que formará la albúmina.
Después de la traducción, la proteína recién formada entra en el RER, donde se pliega en su estructura tridimensional y recibe algunas modificaciones iniciales.
Estas vesículas migran a la membrana celular y, mediante un proceso llamado exocitosis, liberan la albúmina en el torrente sanguíneo.
[26] Los descubrimientos primerizos de la albúmina fueron hallados en el siglo XIX, donde fue descrita como una proteína soluble en agua y presente en el plasma sanguíneo.
Gracias a su capacidad de restaurar el volumen plasmático, esta proteína se utilizó en medicina para tratar hipovolemia, quemaduras severas y síndrome nefrótico.
Aun así, actualmente se investigan modificaciones en la albúmina para mejorar su estabilidad y funcionalidad en terapias avanzadas, como el diseño de nanocarriers.
Existen fármacos que ayudan a disminuir la dosis de albúmina en orina, lo cual también se puede hacer modificando la alimentación.