En la introducción de su libro de 1969 titulado Agrarianism in American Literature (El Agrarismo en la literatura americana), M. Thomas Inge afirma que el Ruralismo sigue los siguientes principios:[1] Durante los años 1910 y 1920, el ruralismo obtuvo una atención popular significativa, pero se fue eclipsando durante el período de posguerra.
Ha sido reanimado un poco en conjunción con el movimiento medioambientalista y tiene cada vez más partidarios.
Aunque muchos principios de Inge todavía se aplican al nuevo ruralismo, han decrecido hasta cierto punto la afiliación con una religión particular y una tendencia patriarcal.
Esta situación impedía al campesinado tener un acceso libre y adecuado a la propiedad privada de la tierra lo que conllevaba la existencia de una trampa social; dado que en la época anterior a la industrialización del campo la productividad era muy baja y por tanto la extensión de la tierra era un elemento vital para obtener una rentabilidad significativa.
Incluso cuando este cambio implica cuestionar el carácter "progresivo" de algunos desarrollos sociales y económicos recientes.