[2] Posteriormente, se convirtió en símbolo del patriotismo francés, utilizándose para estimular el alistamiento durante la Primera Guerra Mundial.
[2] Durante el siglo XIX, Francia atravesaba profundas transformaciones tras la Revolución Industrial y los cambios sociales generados por el capitalismo.
Se distingue un paisaje amplio donde los trabajadores recogen la cosecha en pilas más organizadas y una figura montada (probablemente un terrateniente o capataz), sugiriendo una jerarquía social.
En una época marcada por la tensión entre las clases, se consideró que retratar a los campesinos pobres con dignidad podía interpretarse como un acto político.
Esta obra sigue recordándonos la universalidad del esfuerzo humano y la importancia de la justicia social.