Aunque Australia estaba muy alejada de los frentes principales, hubo una considerable actividad naval del Eje en aguas australianas durante la Segunda Guerra Mundial.
Además muchos buques mercantes aliados fueron dañados o hundidos cerca de la costa australiana por submarinos y minas navales.
La amenaza del Eje fue incrementándose paulatinamente, y hasta 1942 se limitó a los ataques de mercantes armados alemanes.
Aunque los aliados se vieron obligados a desplegar una significativa cantidad de recursos para defender la navegación en aguas australianas, esto no tuvo un impacto notable en el esfuerzo de guerra australiano o en las operaciones norteamericanas en el sudoeste del Pacífico.
Los tipos de aviones más usados para las patrullas marítimas fueron los Anson, Bristol Beaufort, Consolidated Catalina y Lockheed Hudson.
Al terminar el conflicto la RAAF y la RAN habían escoltado 1.100 convoyes a lo largo de la costa australiana.
Aunque las fuerzas navales y aéreas disponibles para la protección de la navegación en aguas australianas nunca fue suficiente como para vencer un ataque a gran escala, demostraron ser suficientes para realizar patrullas defensivas contra los esporádicos y generalmente prudentes ataques realizados por las marinas del Eje durante la guerra.
El Orión lanzó cuatro minas falsas en Albany, Australia Occidental, el 2 de septiembre y al día siguiente se dirigió hacia el sudoeste tras ser avistado por un avión australiano.
En vista de que el Kormoran no podía probar su identidad y evitar el combate, este disparó todo su armamento contra el Sídney.
En la subsiguiente batalla, que duró media hora, ambos buques resultaron hundidos, el Sídney con toda su tripulación.
Tras la conquista del Pacífico Occidental los japoneses realizaron varias patrullas de reconocimiento en aguas australianas.
Además el I-25 realizó una patrulla de reconocimiento en la costa este australiana en febrero y marzo.
Un ataque posterior realizado el mismo día por 54 bombarderos con base en tierra causó más daños a la ciudad y a la Base Darwin de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF), y la destrucción de 20 aviones militares aliados.
[14] Los aviones de la marina japonesa basados en tierra también hostigaron la navegación en aguas septentrionales australianas durante 1942 y 1943.
[33] Los japoneses volvieron a aguas australianas en enero de 1943 y realizaron una campaña contra la navegación durante la primera mitad del año.
LST 469 mientras viajaba en un convoy con escolta por la costa norte de Nueva Gales del Sur.
Creyendo haber avistado un destructor, Torisu abortó el ataque y se dirigió hacia el norte al pequeño asentamiento pesquero de Port Gregory.
Ello hizo que las fuerzas asignadas para proteger la navegación fueran reducidas todavía más, aunque no fueron disueltas hasta el final de la guerra.
[55] La unidad, con base en Kupang (Timor occidental), usó un barco civil de 25 toneladas remozado llamado Hiyoshi Maru y se hizo pasar por marineros.
Además recopilaría información que pudiera ser de utilidad para realizar ataques guerrilleros contra Australia continental.
[57][58] Según los historiadores locales exploraron el área durante dos horas y realizaron algunas filmaciones usando una cámara de 8 mm.
La presencia de una poderosa escuadra japonesa en Singapur preocupó a los aliados, porque se temía que dicha fuerza pudiera realizar ataques en el Índico y Australia occidental.
[62] La salida del Aoba, el Tone y el Chikuma fue la última incursión realizada por buques de superficie del Eje contra las líneas de comunicación en el Océano Índico o en ningún otro lugar, durante la Segunda Guerra Mundial.
[63] Aunque la incursión no tuvo éxito, los movimientos de la flota japonesa provocaron una enorme reacción aliada.
[72] Tras el ataque al Ilissos el U-862 navegó hacia el este a lo largo de la costa australiana, siendo así el único submarino alemán que operó en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.
Los submarinos, con todo, consiguieron que los aliados destinaran valiosos recursos para proteger la navegación en aguas australianas entre 1942 y finales de 1943.
[89] La actuación de las fuerzas australianas y aliadas destinadas a la defensa naval en Australia fue dispar.
Aunque la amenaza de ataques del Eje se había "previsto y evaluado",[90] sólo una pequeña proporción de los buques y submarinos del Eje que atacaron Australia fueron localizados o atacados con éxito.
Varios corsarios alemanes operaron sin ser detectados en aguas australianas en 1940 gracias a que el número de buques de guerra y aviones aliados era insuficiente para patrullas esas aguas,[91] y la pérdida del crucero HMAS Sídney fue un alto precio a pagar por hundir al Kormoran en 1941.
[92] La relativa mala actuación de las fuerzas antisubmarinas australianas se explicaría por factores como su escasa experiencia y entrenamiento, la carencia de material antisubmarino, los problemas para realizar búsquedas coordinadas y las malas condiciones para el uso del sonar en las aguas australianas.