Las diferentes especies bacterianas que son capaces de realizar la acetogénesis se denominan colectivamente acetógenos.
Finalmente en la fase metanogénica se convierten estos productos en metano y dióxido de carbono, gas de alto poder calorífico conocido como biogás.
T. brockii es una bacteria atípica de ácido heteroláctico, ya que forma hidrógeno molecular (H2), además de ácido láctico y etanol.
[2] En esta fase, moléculas complejas (hidratos de carbono, lípidos y proteínas) se despolimerizan en compuestos solubles por enzimas hidrolíticas (celulasas, hemicelulasas, amilasas, lipasas y proteasas).
El ácido acético es igualmente un co-metabolito de los sustratos de fermentación orgánica (azúcares, glicerol, ácido láctico, etc.) por diversos grupos de microorganismos que producen ácidos diferentes: bacterias propiónicas * (propionato de etilo) +; Clostridium (+ acetato butirato); enterobacterias (acetato + lactato), y bacterias heterofermentativas (acetato, propionato, butirato, valerato, etc.).