El incidente, erosionó la confianza en el gobierno, y dañó la reputación de la Royal Navy en una época en la que muchos países, la consideraban el principal soporte británico en la guerra.
Había menos preocupación ante un posible ataque submarino en ese momento de la guerra, ya que la amenaza de los U-bote no era tomada en serio por muchos en la Royal Navy.
Los U-bote eran igualmente tratados a la ligera por la Kaiserliche Marine; en las seis primeras semanas de la guerra, se habían perdido dos submarinos, y los resultados obtenidos por estos, resultaban escasos.
Al emerger, detectó a los cruceros enemigos, y se tomó la decisión de atacarlos.
Los dos torpedos, impactaron al Hogue; cinco minutos después, el capitán Wilmot Nickolson, daba la orden de abandonar el buque, 10 minutos más tarde, al Hogue volcaba, hundiéndose a las 7:15.
Repitió lo hecho anteriormente y nado hasta el Cressy, pero después, fue torpedeado, y saltó de Nuevo por la borda, aferrándose a unos maderos, hasta que fue subido a bordo de un pesquero holandés.
Los anticuados cruceros protegidos y cruceros acorazados, fueron retirados de las áreas de patrulla; El almirante Christian fue reprendido, y Drummond, que sobrevivió al ataque, fue criticado por el resultado de la investigación, por no seguir las recomendaciones antisubmarinas del almirantazgo, sn embargo, fue elogiado por su conducta durante el ataque.
El futuro primer lord del mar, Dudley Pound, que sirvió en el acorazado tipo dreadnought HMS St Vincent de la Gran Flota, escribió en su diario el 24 de septiembre: Royal Navy: Kaiserliche Marine: