Abezames

[7]​[8]​ Abezames disfruta de un clima mediterráneo continentalizado, con veranos calurosos y secos, así como inviernos fríos que a menudo incluyen fuertes heladas.

Este castro se sitúa a una altitud estratégica, en una meseta rodeada por arroyos, lo que lo hacía ideal para la defensa.

Esta fortaleza fue una de las muchas que protegieron a la región durante los conflictos internos de la nobleza castellana en el siglo XV, periodo en el que Toro también ejercía un rol militar y estratégico importante.

Toro apoyó inicialmente a Juana, lo que intensificó su papel defensivo, especialmente en su Alcázar.

Aunque Toro y sus alrededores quedaron bajo control de Isabel, estos conflictos dejaron una profunda huella en la región.

El contexto histórico de la región durante este siglo estuvo marcado por las Guerras Carlistas y el auge del ferrocarril, que facilitó el comercio agrícola, beneficiando tanto a Toro como a sus alrededores, incluido Abezames.

Durante la primera mitad del siglo XX, la población se mantuvo relativamente estable, oscilando entre 400 y 460 habitantes.

[32]​ Destaca la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, una imponente construcción de piedra del siglo XVI situada en un punto elevado del casco urbano, lo que la hace visible al aproximarse al pueblo.

El retablo, dorado posteriormente por artesanos vallisoletanos, destaca por su riqueza ornamental y se convierte en un referente artístico de la región.

Cerca del sitio se han hallado fragmentos que sugieren una ocupación tardorromana hasta la Edad Media, indicando la importancia de este emplazamiento para los primeros pobladores.

En esta ocasión, los habitantes se reúnen para un convite comunitario en honor al santo.

Las fiestas patronales en honor a San Miguel Arcángel se celebran el 29 de septiembre, precedidas la noche anterior por una tradicional hoguera organizada por los jóvenes del pueblo.

Casa consistorial