Abdicaciones de Bruselas

..." Con esto calló el presidente Bruselas, quedando todos admirados y con los ánimos suspensos, mirándose unos a otros sin hablar, espantados de la determinación nunca pensada del Emperador.

Y esperando congojados qué fin tendría aquella junta, estaban como atónitos.

Nueve veces fui a Alemaña la Alta, seis he pasado en España, siete en Italia, diez he venido aquí a Flandres, cuatro en tiempo de paz y de guerra he entrado en Francia, dos en Inglaterra, otras dos fui contra Africa, las cuales todas son cuarenta, sin otros caminos de menos cuenta, que por visitar mis tierras tengo hechos.

En lo que toca al gobierno que he tenido, confieso haber errado muchas veces, engañado con el verdor y brío de mi juventud, y poca experiencia, o por otro defecto de la flaqueza humana.

Y os certifico que no hice jamás cosa en que quisiese agraviar a alguno de mis vasallos, queriéndolo o entendiéndolo, ni permití que se les hiciese agravios; y si alguno se puede de esto quejar con razón, confieso y protesto aquí delante de todos que sería agraviado sin saberlo yo, y muy contra mi voluntad, y pido y ruego a todos los que aquí estáis me perdonéis y me hagáis gracia de este yerro o de otra queja que de mí se pueda tener.» Acabó con esto el César, y volviéndose a su hijo el rey don Felipe con abundancia de lágrimas y palabras muy tiernas le encomendó el amor que Tras ellas van la parte XXXV, correspondiente a la respuesta de Jacobo Masio, Síndico Mayor de Amberes ("que es un oficio muy honrado"), y la Parte XXXVI, correspondiente a la del rey Felipe II, que en su mayor parte ha de leer Granvela: ...

Pues como el rey vea que su padre lo quiere así, y que vosotros gustáis de ello, admite y acepta el gobierno y señorío que el Emperador su padre le ha Por último viene el discurso de María, reina de Hungría y hasta entonces gobernadora de Flandes: darán gracias por mis buenos deseos.

Mauricio declaró no haber tenido la pretensión de capturar a Carlos con esta frase: "no tengo jaula para pájaro tan grande" (Citado en Vicente de Cadenas, Caminos..., pg 95 y Diario..., pg.

El emperador Carlos, envejecido, adbica en favor de su hijo Felipe II, ante los dignatarios presentes en el palacio de Coudenberg [ 1 ] ​ de Bruselas (entre ellos Guillermo de Orange , que años más tarde protagonizará la revuelta de Flandes ). Sentada junto al trono, su hermana María , regente de los Países Bajos y reina viuda de Hungría (también moriría en 1558, menos de un mes después que Carlos). Tapiz flamenco del siglo XVIII (Leyniers y Reydams). Hay otras representaciones del episodio. [ 2 ]