Dido

Su fama se debe principalmente al relato incluido en la Eneida del poeta romano Virgilio.

Siqueo (o Acerbas), sacerdote del templo de Melkart en Tiro (divinidad identificada con Heracles/Hércules por griegos y romanos), poseía vastos tesoros escondidos.

Un tiempo después, Pigmalión le comentó a su hermana que sería conveniente saber dónde se escondían las riquezas de Siqueo.

Entendiendo que había sido utilizada, Elisa averiguó dónde estaban escondidas pero sin contar la verdad a su hermano.

El héroe, pese al dolor que le ocasiona, obedece la voluntad divina y deja Cartago.

Al verlo partir, Dido ordena levantar una gigantesca pira, donde hace disponer la espada del héroe, algunas ropas suyas que habían quedado en palacio y el tronco del árbol que custodiaba la entrada de la cueva donde se amaron por primera vez.

Al amanecer sube a la pira y se hunde en el pecho la espada de Eneas.

En otra versión, anterior a Virgilio, Eneas quiere realmente desposarla, pero Dido es todavía fiel al recuerdo del difunto Siqueo.

Eneas contándole a Dido las desgracias de Troya , por Pierre-Narcisse Guérin (1815), París , Louvre .
La muerte de Dido, obra de A. Sacchi.
La muerte de Dido.
La muerte de Dido, obra de Cayot, Louvre.