Los foraminíferos (Foraminifera, latín "portadores de orificios"[1]) son protistas ameboides, principalmente marinos, aunque también hay especies de agua dulce, caracterizados por un esqueleto o concha constituido por una o más cámaras interconectadas que fosiliza con relativa facilidad.Los septos que separan las cámaras están perforados por uno o más orificios de interconexión denominados forámenes, los cuales dan nombre al grupo.Su protoplasma está diferenciado en un endoplasma y un ectoplasma del cual emergen seudópodos retráctiles (en este caso, reticulopodios granulados) que el organismo usa para la locomoción, captura de presas y creación de su esqueleto calcáreo.Los foraminíferos suelen considerarse como el grupo más importante de microfósiles marinos debido a que son organismos muy abundantes en los sedimentos.El ectoplasma usualmente rodea completamente la concha y es el responsable de su construcción, apoyado por los seudópodos.La mayoría de las especies forman un esqueleto intraectoplásmico denominado concha, testa o caparazón.Las cámaras están separados por septos cuya intersección con la concha produce una línea de contacto o sutura.Los orificios o forámenes presentes en los septos permiten el paso de alimentos, vacuolas contráctiles y núcleos.La transición entre las conchas orgánicas y las aglutinadas tiene lugar en varios linajes de foraminíferos monotálamos (Monothalamea).Además del núcleo, los elementos dominantes presentes en el citoplasma son las grandes vacuolas digestivas.Estas se forman en el exterior de la concha, englobando el alimento, aunque la digestión ocurre principalmente en el interior.Tanto el ectoplasma como el endoplasma contienen numerosas pequeñas mitocondrias que presentan las crestas mitocondriales tubulares típicas de muchos protistas.La alternancia generacional se traduce en dos morfologías diferentes (dimorfismo), que a simple vista son muy similares.[16][17] Así, en el ciclo reproductivo, existen dos generaciones diferentes: El gamonte inicialmente presenta un solo núcleo y se divide para producir numerosos gametos, que normalmente tienen dos flagelos.El esquizonte es multinucleado, y después de la meiosis se fragmenta para producir nuevos gamontes.La forma microsférica es conservadora en el sentido ontogenético, pues recapitula el desarrollo filogenético del grupo.Los foraminíferos bentónicos, cuyos primeros fósiles datan de finales Precámbrico, pueden ser tanto sésiles como vágiles.Suelen ocupar la zona fótica, y durante su ciclo vital algunas especies varían de profundidad (migración ontogénica).La estructura lamelar puede ser monolamelar o plurilamelar en función del número de láminas calcáreas por cada cámara.[24][25] Los foraminíferos son utilizados como bioindicadores de temperatura, salinidad, oxígeno, turbidez, e igualmente sus fósiles son importantes en interpretaciones paleoceanográficas y paleoclimáticas, ya que los cambios en las poblaciones de estos organismos indican modificaciones en el ambiente.
Globigerina bulloides
(un foraminífero planctónico). La concha está formada por varias cámaras globulares que permiten que el protista flote.
Conchas de foraminíferos bentónicos al
microscopio electrónico de barrido
. En el sentido de las agujas del reloj comenzado desde arriba a la izquierda:
Ammonia beccarii
,
Elphidium excavatum clavatum
,
Buccella frigida
y
Eggerella advena
.
Foraminíferos en
Kunstformen der Natur
(Arte de la Naturaleza), de
Ernst Haeckel
, 1904. Especies:
Miliola parkeri
,
Miliola reticulata
,
Miliola striolata
,
Cornuspira planorbis
.
Articulina sagra
,
Spiroloculina nitida
,
Alveolina melo
,
Peneroplis planata
,
Hauerina circinata
,
Hauerina ornatissima
,
Vertebralina mucronata
,
Vertebralina insignis
,
Vertebralina catena
,
Vertebralina furcata
,
Biloculina comata
,
Orbiculina adunca
y
Orbitolites laciniata
.