Estos dan una ventaja sustancial en la reducción en el número de tripulantes, (de 4 a 3), así como también inciden en la reducción del peso del vehículo.
A principios de los 80, aparecen los nuevos M1 Abrams, Challenger 1 y Leopard 2, sin embargo, el T-64 aun tenía unas prestaciones espectaculares, y en algunos casos superiores a estos últimos.
Resumiendo, Morozov dio al Ejército Soviético un carro de combate de prestaciones excelentes, y lo más importante, que se podía producir masivamente.
Los prototipos fueron probados entre 1966-1967 y unos meses después entró en servicio activo como el T-64A.
En septiembre de 1976 se puso en servicio esta nueva versión del T-64B.