Antífona

En la Edad Media se la conocía como un texto con melodía libre y sencilla que era cantada por la asamblea de fieles junto a los salmos; también fue usada fuera del entorno litúrgico, aunque mantenía un contenido paralitúrgico.

En sus orígenes eran melodías cortas, sencillas, libres y eminentemente silábicas; a lo largo del siglo XII incorporaron la polifonía.

Considerando su forma de interpretación, se obtienen las siguientes estructuras básicas: A = antífona V = versículo del salmo La antífona podía aparecer al principio, final o entre cada uno o dos versos del salmo.

Posteriormente, al evolucionar y precisar técnicas musicales más elaboradas, esta función fue paulatinamente asumida por el coro, que alternativamente recitaba los versos del salmo.

San Ambrosio, obispo de Milán (340-397), las introdujo en la iglesia cristiana occidental, recopilando cantos antifonales en libros llamados Antifonarios.

Nació al utilizar, adaptar y combinar elementos, centonización, de algunas melodías populares a nuevos textos.

Al evolucionar se independizaron del salmo, constituyendo cantos independientes y reutilizables.

Antífona del "Magnificat" para el lunes.
La Sabiduría.
Antífona: Verbum caro . Fragmento de Breviario del siglo XII . Archivo ACCO, Catedral de Orense .
Copia moderna.