A los pocos años, su familia se traslada al barrio parisino de Belleville, y Firmin cursa sus estudios en la escuela Turgot (hoy Lyceo Turgot), en el distrito III de París, gracias a una beca.Antoine tenía pensado representar una obra nueva cada 15 días, un ritmo que no conseguirá alcanzar, por lo que Gémier y una partie de la compañía de Antoine se marchan en 1900 al Théâtre du Gymnase durante una temporada.Allí conoce al compositor y pedágogo Émile Jaques-Dalcroze, con el que inicia una larga amistad y relación profesional de la que resultarán sus innovaciones en el uso escénico de la música.[1] Esa misma idea estaba apoyada por otros dos amigos de Gémier: Romain Rolland, que la había desarrollado en su ensayo Le théâtre du peuple, en 1903, y Maurice Pottecher, fundador del Théâtre du Peuple (Teatro del Pueblo) de Bussang, en 1895 en los Vosgos.La comisión lo aprueba por unanimidad, pero la municipalidad de París, propietaria del teatro, se niega.Gémier conseguirá fondos para comprar parte del material y terminar la gira en tren, a finales de 1912.Después de dejar la dirección del Teatro Antoine en 1914, funda en 1917 la Sociedad Shakespeare, con sociedades hermandadas en otros países.Su preocupación por la enseñanza le lleva a crear, junto con Gaston Baty, un centro de creación experimental en el Théâtre des Champs-Elysées, dirigido entonces por su amigo Georges Pitoëff: nace la Comédie Montaigne, que Gémier dirige durante la temporada 1920-1921.En 1920, su sueño se ve cumplido: la Cámara de los Diputados aprueba una subvención para la creación del quinto teatro nacional francés, y nombra a Firmin Gémier como director.En aquellos tiempos de posguerra, Firmin Gémier piensa que sólo el arte puede salvar la paz, y sueña con una internacional del teatro.En 1930, Firmin Gémier abandona la dirección del Odeón y decide dedicarse al cine, en el que había hecho algunas apariciones puntuales como actor, llegando a actuar en Estados Unidos bajo la dirección de Rex Ingram.Rompe la cuarta pared entre espectadores y actores e integra el patio de butacas a la escenografía: se sirve del público para crear efectos de multitud y los actores entran o salen por los pasillos del patio de butacas y actúan desde los palcos o entre el público.Moderniza la iluminación suprimiendo las candilejas y reemplazándolas por los proyectores, que hasta entonces solo se utilizaban en espectáculos de variedades.Forma a los actores para que sean más flexibles y moldeables en sus interpretaciones.En 1920, a la vez que dirige la Comédie Montaigne, Gémier crea una escuela de actores llamada el Estudio de la Comédie-Montaigne o Escuela Gémier, cuya dirección confía a Charles Dullin.