El diseño del monoplaza con ala baja comenzó con un motor radial Wright R-3350, posteriormente actualizado en varias ocasiones.
Su característica más distintiva fue su larga ala recta con siete puntos de anclaje (cada una).
Esto le dio una excelente maniobrabilidad a baja velocidad; adicionalmente le permitió llevar una gran cantidad de carga, y tener un amplio radio de combate para su comparativamente reducido tamaño, igualando a muchos aviones subsónicos y supersónicos a reacción (de su época).
Su punto fuerte era la variedad y cantidad de armas que podía llevar y el blindaje en torno a la cabina del piloto, que lo hacía idóneo para enfrentarse al fuego antiaéreo en misiones de apoyo táctico cercano.
Debido a las necesidades de la guerra en Corea, fue optimizado para las misiones de ataque a tierra, adaptándolo para llevar bombas, y fue protegido contra el fuego antiaéreo en los puntos clave, a diferencia de aviones como el P-51 Mustang, que sufrió muchas pérdidas en Corea por fuego antiaéreo.
En el siglo XXI se sopesó recuperar algunos Skyraider para su uso en Irak y Afganistán.
Cuando el AD-1 apenas había entrado en servicio, fue elegido como avión de ataque monoplaza estándar embarcado y la Armada estadounidense solicitó versiones mejoradas.
Los A-1 demostraron ser muy superiores en apoyo aéreo a aviones más modernos como el Grumman F-9F Panther.
Hasta ese momento se habían equipado algunos aviones con contenedores ECM cuando realizaban misiones sobre Vietnam del Norte.
El Skyraider participó en los primeros ataques contra Vietnam del Norte antes de ser sustituido.
El mayor Fisher aterrizó su avión para rescatar a su camarada derribado, ya que el helicóptero de rescate tardaría 30 minutos y el enemigo a menos de 200 m. Bajo la cobertura del resto de A-1, consiguió aterrizar, cargar al mayor Myers y despegar.
La USAF pronto aprendió que el A-1 Skyraider era un avión capaz de desempeñar múltiples misiones en Vietnam.
Pero pronto los A-1 comenzaron misiones nocturnas contra la ruta Ho Chi Minh, operaron en Laos en apoyo de las fuerzas anticomunistas, apoyaron a los soldados estadounidenses y cualquier otra misión que se les encargara.
Entre todos sus roles, el más famoso es su participación en búsqueda y rescate de pilotos derribados.
Las misiones SAR movilizaban helicópteros especializados como los Sikorsky HH-53 o los HH-3E Jolly Green Giant junto a los A-1 Skyraider, que se encargaban de mantener a raya al enemigo del punto de rescate.
El Military Assistance Advisory Group (MAAG) decidió que era necesario reforzar la capacidad militar de Vietnam del Sur.
Vietnam del Sur fue recibiendo aviones A-1E/H ex-Armada para aumentar su capacidad de combate.
En 1965, tras haber lanzado tres millones de kilos en carga, el CDR Clearence J. Stoddard, volando en un A-1H, soltó algo especial, hasta el momento nunca visto, junto con sus otras municiones (un inodoro).
La USAF creó un escuadrón de entrenamiento en Estados Unidos por el que pasaron uno 1000 pilotos estadounidenses y 300 vietnamitas.
Estos A-1 vivieron una vida tranquila hasta que un golpe de Estado derrocó al príncipe Sihanouk en 1970.
Los aviones se compraron a 16 000 dólares cada unidad y en Francia fueron modificados por SFERMA (Société Française d’Entretien et de Réparation de Matériels Aéronautiques), que los actualizó a AD-4 monoplaza.
Algunos Skyraider también siguieron en servicio con los franceses, que los enviaron a Yibuti y Madagascar.
Sin embargo, en 1962 existían A-1D Skyraider, que fueron rediseñados como A-1J, para posteriormente ser usados por la USAF y la Armada en la guerra de Vietnam.
El AD-6 fue una mejora del AD-4B, con equipamiento de vuelo mejorado para bombardeo a baja cota, y la versión final de producción, el AD-7, fue mejorada con motores R-3350-26WB; mismo motor que el del AD-4W, pero con un fuselaje más largo y ancho que permitía llevar a los dos pilotos, más otros dos tripulantes, en una carlinga más alargada y metálica, en lugar de los distintos materiales de plástico opaco anteriores.