Licenciado en Filosofía y Letras en 1913 con premio extraordinario, se doctoró en 1914 por la Universidad de Madrid con una tesis titulada La Monarquía en Asturias, León y Castilla durante los siglos VIII al XIII.
Al estallar la guerra civil era embajador de España en Lisboa, y se encontró con una deserción en masa del personal de la embajada al bando sublevado.
La dictadura de Salazar, aliada de Franco, fue extremadamente hostil con el diplomático español, siendo este amenazado de muerte e informado de un plan para secuestrar a sus hijas, y el embajador llegaría a estar aislado y vigilado por la policía portuguesa; aun así logró salvar la vida de exiliados como el exdiputado socialista Narciso Vázquez Torres o el republicano Miguel Granados, entre otros.
[3] Fue muy divulgada su polémica con Américo Castro dentro del llamado debate sobre el Ser de España.
En 1976 regresó a España por dos meses, y se asentó en Ávila definitivamente en 1983, donde murió en julio del año siguiente, tras recibir algo más de un mes antes el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.