En una carta, describió a Irlanda como «un país bárbaro donde los espíritus químicos son tan mal comprendidos no se pueden obtener instrumentos químicos por lo que era difícil tener cualquier pensamiento hermético allí».
Entre los críticos de este libro se encontró el jesuita Francis Line (1595-1675), y mientras respondía a sus objeciones Boyle hizo la primera mención a la ley que establece que el volumen de un gas varía inversamente con la presión del gas, la que se conoce en honor a él como Ley de Boyle en Inglaterra y en Europa continental como ley de Boyle-Mariotte.
En Europa continental, la hipótesis a veces se atribuye Edme Mariotte, aunque este no la publicó hasta 1676 y ya estaba probablemente al tanto de la labor de Boyle.
La lista es extraordinaria porque excepto algunas pocas excepciones casi todos, se han hecho realidad.
[6] Durante su residencia en Oxford, Boyle fue Cavalier (realistas, impulsores del poder real).
En su tiempo libre Boyle se centraba en «su contratación espiritual, ordenar sus papeles», y preparar algunas investigaciones químicas importantes que se proponía dejar "como una especie de legado hermético a los discípulos, estudiosos de este arte".
En su testamento, Robert Boyle dejó fondos para establecer una serie de conferencias anuales con el fin de defender la religión cristiana y contra ateístas y otros infieles.
[10] Fue dirigida por Richard Bentley, quien antes de presentar la ponencia, mantuvo correspondencia con Isaac Newton.
Desde 2004 las Conferencias Boyle han sido restablecidas en la iglesia de St Mary-le-Bow, en Londres (Inglaterra).
Nada era más ajeno a su temperamento que el desenredo de hipótesis.
En 1661 publicó The Sceptical Chemist (El químico escéptico) en el que criticaba los «experimentos por los cuales vulgares espagíricos se esfuerzan en probar que su sal, azufre y mercurio son los verdaderos principios de las cosas».
Su magna obra publicada un año antes de morir: El Cristiano Virtuoso (1690), sería más tarde una influencia que fue retomada por John Locke en The Reasonableness of Christianity, as Delivered in the Scriptures.