Arturo Benedetti Michelangeli

En 1938, a sus 18 años, comenzó su carrera musical internacional al participar en el concurso Eugène-Ysaÿe celebrado en Bruselas, donde acabó en séptima posición.

Empezó a ganar mucha reputación, siendo aclamado en las más grandes salas de Europa y los Estados Unidos.

Tenía una pureza llamativa en su ejecución, con una precisión notable en cada una de las notas; no importaba la velocidad con la cual debía tocar determinada obra, las mismas siempre se distinguían con absoluta claridad.

Escuchándolo tocar Domenico Scarlatti a través de las grabaciones y vídeos, se puede apreciar su toque cristalino y que “dibuja” los fraseos, con una melodía que se desarrolla a través de distintos planos sonoros.

A diferencia de otros grandes intérpretes, fue un desinteresado y excelente docente durante toda su vida.

Sus Debussy series para DG son una referencia aunque han sido acusadas de poco atmosféricas.

Esto último lo explicaba diciendo que ponía toda su energía mental y física en el concierto hasta el agotamiento, no quedándole fuerzas para nada más.

En 1987, durante un concierto en la Ciudad del Vaticano, dejó atónita a la audiencia cuando de pronto hizo retirar todas las macetas y floreros colocados alrededor del escenario porque, se supo después, oculto entre las plantas un grillo lo desconcentraba con su canto, totalmente inaudible para el público presente.