Concierto para piano (Schumann)

La obra está dedicada al pianista y compositor alemán Ferdinand Hiller.

Su esposa Clara, una consumada pianista, le instó entonces a ampliarla y convertirla en un concierto para piano completo.

Schumann había compuesto en 1841 una fantasía para esta combinación, pero no estando satisfecho con ella la dejó reposar durante un tiempo.

En 1845 la revisó cuidadosamente y añadió al inicial otros dos movimientos, con lo que formó su Concierto para piano.

El resultado fue una obra singular, alejada del modelo de concierto establecido por Mozart y consolidado por Beethoven, que el propio Schumann calificó de «algo entre concierto, sinfonía y gran sonata».

Edvard Grieg, que era estudiante en el Conservatorio de Leipzig en aquel momento, escuchó el concierto interpretado por Clara Schumann en 1859 y más tarde reflejó la influencia schumaniana en su Concierto para piano y orquesta en la menor, Op.

Durante este año se crearon las primeras obras orquestales del compositor, incluyendo la Sinfonía n.º 1, Op.

En cada una de estas obras la unidad temática entre los movimientos tiene una importancia central, una idea ampliamente explorada en su obra.

Con esta instrumentación, Schumann eligió para este concierto la orquestación habitual en la música romántica temprana.

Aunque en la partitura figuran tres movimientos realmente no hay pausa entre los dos últimos (attacca subito).

Aunque las exigencias técnicas de la obra no son desdeñables, están casi totalmente subordinadas al interés temático y a la claridad estructural.

El movimiento está construido a grandes rasgos y de manera muy libre según la tradicional forma sonata.

Estos dos personajes a menudo fueron utilizados por el maestro como sus alter ego para expresar la dualidad del ser.

El segundo movimiento se titula Intermezzo y lleva la indicación de tempo Andantino grazioso.

Presenta una gran y variada riqueza melódica, tono sonriente y ritmos marcados, con pasajes sincopados de gran efecto dentro del ámbito de lírica sobriedad que preside la composición.

Robert Schumann en 1850.
Compases 120 a 127 del último movimiento del concierto.