Charles Koechlin

Tuvo que repetir el primer curso en la escuela y se graduó con notas mediocres.

Entre los estudiantes del conservatorio que fueron compañeros de Koechlin estaban George Enescu, Ernest Le Grand, Reynaldo Hahn, Max d'Ollone, Henri Rabaud y Florent Schmitt.

[2]​ En su tercera visita, en 1929, ganó el premio de composición del Hollywood Bowl con su poema sinfónico La joie païenne, que fue interpretado en ese auditorio con la orquesta dirigida por Eugene Aynsley Goossens.

Posteriormente, se centró en componer poemas sinfónicos, obras de cámara e instrumentales.

Tras la Primera Guerra Mundial, Koechlin continuó con su devoción por la música programática y las obras para gran orquesta, en un periodo en el que estaba más de moda el neoclasicismo musical y las composiciones para grupos instrumentales pequeños, lo que quizá hizo que se tus obras tuvieran dificultades en ser interpretadas y aceptadas.

Escribió música con gran variedad estilística: a veces, usó las técnicas del contrapunto severo barroco, como en la fuga que abre su Sinfonía n.º 2 (cuya primera grabación no se hizo hasta 2005); a veces, se acercó la Impresionismo musical, como en Au Loin o en el scherzo de su Sinfonía n.º 2.

Su sinfonía Siete estrellas (Seven Stars Symphony, 1933) está compuesta por siete movimientos inspirados en los actores Douglas Fairbanks, Lilian Harvey, Greta Garbo, Clara Bow, Marlene Dietrich, Emil Jannings y Charlie Chaplin.

También compuso un Epitaph for Jean Harlow y una suite de danzas para Ginger Rogers.

Estaba muy interesado en algunos instrumentos poco utilizados en la música sinfónica, como el saxofón y, especialmente, las ondas Martenot.

Escribió varias obras para trompa de caza, instrumento que él mismo tocaba.

La compositora estadounidense Catherine Murphy Urner , primero alumna y después amante y gran colaboradora de Koechlin.