Carlos Martel

Según una fuente casi contemporánea, el Liber Historiae Francorum, Carlos fue «un guerrero inusualmente [...] efectivo en la batalla».

Entonces se dirige a Colonia, donde reside Plectruda con su hijo, a quien no le queda más remedio que reconocer la derrota y dejar el poder de Austrasia en manos de Carlos.

Al final de su reinado, Carlos dividió Francia entre sus hijos, Carlomán y Pipino (el Breve).

Cuando este fallece en 721, Carlos va a buscar, entonces, al monasterio de Chilles al hijo de Dagoberto III, Teodorico IV, con quien tenía una relación extremadamente afectiva, y le instala en el trono.

En 732 Martel tiene que hacer frente a los ejércitos musulmanes del gobernador de al-Ándalus, Abderramán.

En 725 habían conquistado ya el Languedoc y gran parte de la Borgoña actual e intentaban llegar al centro del territorio franco.

La intervención del duque de Aquitania, Eudes, pudo detener en 721 el primer embate en Toulouse y, aliándose con el gobernador bereber de Septimania, Munuza, consiguió que los musulmanes se retiraran a la península.

Eudes le ofrece su hija en matrimonio a Munuza, pero este muere en un enfrentamiento con el gobernador de al-Ándalus, Abderramán, que, enfurecido, lanza una expedición punitiva contra Aquitania.

El ejército franco comandado por Carlos Martel contaba con una infantería veterana de 15 000 a 75 000 hombres.

Según otros autores, aprovechando la debilidad del duque Eudes, se amparó en los obispados del Loira y descendió hasta el Midi, saqueándolo concienzudamente y matando a todos los jefes musulmanes que residían allí desde hacía tiempo.

En todo caso, es un apelativo que le da prestigio y atempera a posibles enemigos, y que contribuyó, en gran medida, a la creación del mito de Carlos Martel.

Carlos Martel les obliga a retirarse al valle del Ródano en 736, conquista Aviñón en 737 con su hermano Childebrando, pero no consigue Narbona.

Todos los señores que habían colaborado con los árabes son castigados y sus bienes repartidos entre los guerreros francos.

Cada hombre de armas recompensado con una tenencia o, para usar el término técnico, un beneficio, estaba obligado a criar un caballo de guerra y a proporcionar el servicio militar en todas las necesidades.

Pero la organización feudal misma, en su mayor parte, se encontraba en las medidas tomadas por Carlos Martel.

Lo único que quedaba para Carlos era mitigar las hostilidades de gran parte del clero franco.

A la muerte de Teodorico IV (737), Carlos, afianzado en su gran poder, decide no escoger sucesor alguno, asume todo el poder del reino franco y reina, ilegalmente, hasta su muerte.

Batalla de Poitiers , en octubre de 732, por Charles de Steuben (Museo del castillo de Versalles , Francia)
Sepulcro de Carlos Martel en la Basílica de Saint-Denis , en la localidad de Saint-Denis , cerca de París .