Adeloga de Kitzingen
Pese a que su existencia está actualmente probada, el monasterio solo figura documentado en las hagiografías de varios santos.Tras vagar sin rumbo fijo, los dos fundaron un monasterio en un claro del bosque en Kitzingen; el capellán donó todos sus bienes al convento y se aseguró de que en el mismo se instalasen varias monjas, convirtiéndose Adeloga en la primera abadesa.Martel, arrepentido de las acciones que había tomado contra su hija, donaría varios terrenos al convento.[3] Una segunda versión de la leyenda sostiene igualmente que Adeloga se crio en Schwanberg, en la frontera con Steigerwald.La leyenda fue transmitida y escrita en el siglo xiv por la abadesa de Kitzingen Anna von Heideck (más tarde sería publicada por Jean Bolland).