Remigio fue un hijo ilegítimo de Carlos Martel y probablemente Ruodhaido.
Se convirtió en arzobispo durante el reinado de su hermanastro Pipino el Breve.
Según la tradición, su hermano lo había enviado a Fleury-sur-Loire a recoger las reliquias de San Benito y llevarlas de nuevo a Montecassino, pero se dice que había quedado ciego al abrir la caja donde se guardaban las reliquias y que fueron las oraciones del abad las que le devolvieron la vista.
Asistió a la celebración del Sínodo de Attigny el año 765.
Cuando los hugonotes tomaron la ciudad en 1562 echaron sus reliquias a una hoguera.