Históricamente los condados de Transdanubia fueron Moson, Győr, Sopron, Vas, Zala, Veszprém, Fejér, Komárom, Esztergom, Somogy, Tolna y Baranya.
En la época de las Invasiones bárbaras estuvo ocupada por los hunos, godos, longobardos, gépidos, ávaros, francos y los pueblos eslavos.
Esztergom ha sido la capital eclesiástica del país desde 1001 hasta hoy en día, y Esteban I de Hungría estableció su sede real en Székesfehérvár, más tarde la ciudad donde se coronaban a los reyes.
La rica herencia medieval de la región se ve por todos lados, desde las pequeñas iglesias rurales a los antiguos castillos, monasterios y casas urbanas.
La siempre cambiante frontera corría por las montañas medias transdanubianas y la orilla meridional del lago Balatón.
La peligrosa frontera estaba guardada por fortalezas (végvár), las más importantes de las cuales eran Győr y Nagykanizsa.
Los territorios pertenecientes a la Hungría Real (excepto las regiones fronterizas) tuvieron más suerte, porque los desarrollos de estilo europeo eran constantes.
Se levantaron castillos barrocos famosos para mostrar el poder de las nuevas familias terratenientes, por ejemplo, los Esterházy en Fertőd y los Festetich en Keszthely.
El paisaje urbano barroco de las ciudades sobrevivió hasta hoy en día en lugares como Győr, Székesfehérvár o Pécs.
Por otro lado, algunas regiones rurales permanecieron empobrecidas, especialmente en Transdanubia meridional y a lo largo del río Drave.