Los hipogeos, el mausoleo y los restos de capillas descubiertos y conservados en el terreno de la necrópolis constituyen una herencia excepcional de la comunidad paleocristiana.
La necrópolis tiene cámaras de sepultura en dos niveles.
Los frescos de San Pedro y San Pablo son únicos en Europa Central.
Se encuentra también allí el fresco paleocristiano más antiguo que representa a la Virgen.
Las construcciones se han seguido utilizando sin modificación hasta el final del siglo XVI, preservando así la arquitectura del sitio durante 1200 años.