El ejemplo más sorprendente del éxito de este proyecto es la distinción entre las diversas causas a corto plazo de la guerra del Peloponeso y sus causas a largo plazo, que se basaban en la rivalidad entre las grandes potencias griegas de la época entre la potencia marítima Atenas y la poder terrestre Esparta.
Tucídides nos informa de que luchó en una guerra, contrajo la plaga (probablemente fiebre tifoidea)[4] y fue exiliado por la democracia ateniense.
Puede que también se hubiese visto involucrado en la guerra de Samos.
En el diálogo meliano, junto con Sun Tzu, tenemos un documento que nos habla de realpolitik, escuela de pensamiento político que antepone el poder a la ética en las relaciones diplomáticas.
Atenas desarrolló una política paternalista, sometiendo además a multitud de pueblos, tras las guerras médicas.
Además, señala que Tucídides concebía la naturaleza humana como estrictamente determinada por el entorno físico y social, junto con los deseos básicos.
[11] Entre las posibles pruebas se incluyen sus ideas escépticas sobre la justicia y la moralidad.