Durante años, los atenienses habían deseado incorporar a Melos en su imperio por su riqueza y ubicación estratégica en el mar Egeo.Los atenienses no desean perder tiempo discutiendo la moralidad de la situación, porque en la práctica «los poderosos hacen lo que les permiten sus fuerzas y los débiles ceden ante ellos».Los atenienses oponen que los estados griegos en el continente son poco proclives a actuar de esta manera.Los atenienses contrarrestan que solo es vergonzoso someterse a un oponente si uno tiene una posibilidad razonable de vencer.Los melios argumentan que aunque los atenienses son mucho más fuertes, hay al menos una pequeña posibilidad de que los melios puedan ganar, y se arrepentirán de no probar su suerte.Los melios creen que tendrán la ayuda de los dioses porque su posición es moralmente justa.Los melios no cambian de opinión y rechazan educadamente a los enviados.