Metrópolis (película de 1927)

[3]​ En una megalópolis del siglo XXI los obreros viven en un gueto subterráneo donde se encuentra el corazón industrial con la prohibición de salir al mundo exterior.Al robot se le manda promover los disturbios y el descontento, para así permitir a Fredersen lanzar una represión violenta contra los trabajadores.[5]​ De la producción se encargó mayoritariamente Erich Pommer, quien al principio no tuvo mucha fe en el proyecto.Lo veía demasiado costoso tanto económica como ejecutivamente, y a pesar de que Fritz Lang logró convencerle, fue el principal productor y ejecutivo de la película sin todavía creer del todo en ella.Lang llevó a cabo la redacción del guion junto a su esposa Thea von Harbou, quien también se encargó de escribir la novela que serviría como base para la creación del guion de Metrópolis.Tras ser aceptada por la Universum Film AG, «Erich Pommer, Karl Freund, Günther Rittau, Eugen Schüfftan y el escultor Walter Schulze-Mittendorff unieron sus respectivos estudios para realizar la película que había gozado del mayor presupuesto de toda la historia del cine germano».Por ejemplo, en su distribución estadounidense fueron recortadas diversas partes del largometraje por ser consideradas propaganda comunista.Otra novedad fue el uso de la cámara giroscópica, «la cual permitía filmar panorámicas en todas las direcciones».[1]​ Poco después la empresa productora del filme quedó con una enorme deuda con sus socios norteamericanos Paramount y Metro-Goldwing-Mayer, que sería asumida por el millonario nacionalista Alfred Hugenberg (quién poco después invertía su dinero en ayudar a Adolf Hitler a llegar al poder) en abril de 1927.[8]​ En 2010 una versión restaurada del filme, a partir de la copia hallada en Argentina, recuperó 30 minutos que habían sido recortados debido a su carga ideológica y erótica, y para acortar el metraje.La colaboración entre clases sociales, en lugar de la lucha de clases, recuerda sin embargo al nacionalsocialismo y su ideología, pues era la estructura económica corporativista que defendía el programa del partido Nazi; ideología con el cual Thea von Harbou simpatizaba,[11]​ contrariamente a Fritz Lang.[12]​ Lang dio a entender más tarde que la idea del corazón como mediador entre la mano (la fuerza del trabajo) y el cerebro (la capacidad directora de la sociedad) era falsa y que por ello ya no le gustaba esta película.Lang, en realidad, estaba mucho más interesado en los aspectos técnicos y arquitectónicos del filme que en el trasfondo político de la trama.El metraje descartado fue dado por perdido, por lo que la versión conocida durante la mayor parte del siglo XX no era la de su estreno, en 1927.Esto hizo posible realizar un nuevo montaje más cercano al original, que comenzó a exhibirse y comercializarse en 2010.«La nueva versión (observa Peña) posee la complejidad narrativa que caracteriza a otras obras mudas de Lang.La Fundación Murnau entregó una copia restaurada al Museo del Cine de Buenos Aires y otra a Fernando Martín Peña.[16]​[17]​ La banda sonora original fue escrita por el compositor Gottfried Huppertz y concebida para una gran orquesta sinfónica.En 1975, la BBC publicó una composición electrónica para la cinta creada por William Fitzwater y Hugh Davies.El músico montenegrino Rambo Amadeus escribió en 1994 una partitura que fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Belgrado y publicada en disco cuatro años más tarde.El grupo The New Pollutants realizó en 2005 un espectáculo llamado Metropolis Rescore que incluía la proyección de la película acompañada por la música escrita por Benjamin Speed.Entre las películas que le son deudoras, podríamos mencionar una propuesta tan célebre como Blade Runner de Ridley Scott.Ambas han marcado los grandes conceptos de arquitectura y diseño visual en cuanto al cine ambientado en ciudades distópicas del futuro.[22]​[23]​ La música fue escrita por Joe Brooks, las letras por Dusty Hughes y fue dirigida por Jerome Savary.
Fritz Lang y Thea von Harbou preparando el guion del filme.
Rodaje en los estudios UFA de la escena de la inundación.
Fotografía de Horst von Harbou.
Anuncio neozelandés de 1928.
Anuncio brasileño de 1930.
Fotografía de la máquina humana en el plató de cine
La nueva torre de Babel , la sede central de Fredersen en Metropolis.
Una de las bobinas correspondientes a la copia en 16 mm encontrada en Buenos Aires, junto a la partidura original del filme, usados en la restauración de 2010.
Coche empleado en la película. Museo Técnico Alemán. Berlín. Archivo: Jerzy Kociatkiewicz.