Es uno de los pocos municipios de la costa valenciana que no ha sufrido una urbanización desmesurada, debido a que hay una enorme protección por las dunas y los seres vivos que estas habitan; sin embargo, la playa ha crecido en un 400% en los últimos años y un 600% en las dos décadas anteriores.
Los primeros vestigios humanos del término de Jaraco pertenecen probablemente, al Paleolítico Inferior, según consta en las memorias de unas excavaciones muy superficiales, hechas por Gurrea y Penalva, en la cueva del "Viejo", en el año 1952.
A lo largo de su historia, Jaraco ha sido un pueblo en el que han convivido durante muchos años musulmanes y cristianos.
Poco después volvería a ser tributaria de Gandía.
Al lado de esta iglesia se conservó la antigua torre árabe, que fue convertida posteriormente en cárcel.
El período comprendido entre 1940 y 1960, es un periodo duro, en el que la historia colectiva de la gente del pueblo es lo más importante: la escasez, la falta de trabajo y su dureza.
A partir del 1960 se dan muchos cambios y transformaciones sociales.
Así pues, se han tenido que facilitar infraestructuras y servicios turísticos para satisfacer una demanda cada vez más exigente.
Jaraco también ofrece rutas naturales y de senderismo, cuya referencia es el pico del Mondúver.
En el entorno del río Vaca (también conocido como río "Ullals"), se encuentra una red de acequias en la que se mantienen ejemplares animales de gran importancia natural.
Desde el Ayuntamiento se han planificado algunas rutas que dan a conocer toda esta riqueza ecológica de la zona.