We Own the Night (película)

Se trata, al igual que los dos trabajos anteriores del director, de un drama criminal en el que cobran especial importancia los lazos familiares y supone la segunda colaboración entre Gray y los actores Joaquin Phoenix y Mark Wahlberg, que en esta ocasión ejercen también de productores.

[1]​ Por ello, We Own the Night ha sido relacionada con la obra de Shakespeare,[2]​ así como con la parábola del hijo pródigo.

La policía no tiene éxito en su operación contra Vadim, y éste, libre, decide vengarse matando a Joseph.

El intento de asesinato falla y Joseph sobrevive, aunque su grave estado le obliga a permanecer hospitalizado durante meses.

Poco después Vadim consigue escapar, y, tras averiguar el paradero de Bobby por medio de un viejo conocido que le traiciona, ordena a sus hombres que se cobren la venganza.

We Own the Night es la tercera película del estadounidense James Gray y llega siete años después del estreno de su anterior trabajo, The Yards.

En un caso, Michael Corleone es un joven prometedor que se sumerge en el mundo de la mafia, y en el otro, Bobby Green es un inmaduro que se redime de cara a la sociedad al entrar en el cuerpo de policía, aunque irónicamente es al hacer "lo correcto" cuando pierde todo lo que tenía.

Ambos vieron docenas de películas para ayudar a definir el aspecto visual que querían para We Own the Night.

Entre sus "modelos" se encontraban los clásicos del género The French Connection y El padrino II.

[12]​ La película, en determinados planos, también busca asemejarse al estilo pictórico de Caravaggio.

[15]​ En el repertorio de canciones se encuentran éxitos como «Heart of Glass» (Blondie), «Let's Dance» (David Bowie), «I Ain't Got Nobody» (Louis Prima), etc., la mayoría de ellos anteriores de 1988, año en el que está ambientada la película, hecho que algunos han criticado por considerarlo inapropiado para la ambientación.

We Own The Night llegó a ser abucheada en su estreno en el Festival de Cannes,[22]​ siendo los críticos estadounidenses los que se mostraron más enérgicos en su desaprobación, y los europeos (y sobre todo franceses) los más favorables a la película.

[23]​[24]​[25]​ En relación con esto, y a raíz de una pregunta que le hicieron en Cannes acerca de las similitudes existentes entre sus películas, James Gray ha comentado que «si uno tiene suerte, consigue hacer la misma película una y otra vez».

[24]​ Roger Ebert, el célebre crítico del Chicago Sun-Times, opina que la película no es demasiado «original», pero destaca «su atmósfera, su intensidad y sus buenas interpretaciones».

[25]​ En España, Carlos Losilla escribe en Cahiers du cinema (edición española) que la película es «una tragedia bíblica» en la que Gray «no juzga ni condena»,[11]​ mientras que Carlos F. Heredero (también en Cahiers) la califica de «fábula moralista» y afirma que el director hace gala de un énfasis excesivo y subraya las motivaciones de los personajes hasta el punto de resultar maniqueo.

Joaquin Phoenix es el protagonista de la película.