Se denominan como vertebrados introducidos en Chile a aquellas especies de animales vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) que no son nativas del país o la fauna chilena y que han sido introducidas en su territorio por actividades humanas, ya sea de manera intencional o accidental.
Es decir, al no ser limitados por controladores naturales eficaces, producen descendencia en tal abundancia que la especie se muestra capacitada para dispersar su población sobre una superficie considerable, y de esa manera afecta los procesos biológicos originarios.
Muchas de las especies que fueron ingresadas al actual territorio chileno, llegaron junto con los conquistadores españoles en el siglo XVI.
La incorporación de especies a zonas donde naturalmente no vivían, es un problema grave para la conservación ambiental en escala global.
Generalmente, cuando una especie exótica apenas es detectada, su ámbito geográfico aún es reducido, acotado a un área determinada que se denomina “foco”.
Así, la especie problema aumenta rápidamente su distribución y densidad poblacional, tornándose inmanejable al establecerse irreversiblemente en el nuevo territorio.
[5] La mayor parte de los impactos ambientales producidos por la actividad humana son, hasta cierto punto, reversibles; sin embargo, cuando una especie exótica se ha establecido en un lugar, su erradicación suele ser prácticamente imposible.
En algunos casos fueron voluntariamente liberadas en el medio silvestre por lo que no siempre es posible tener certeza del origen de una población.
Al parecer continúa acotado y no se ha propagado de la manera que sí ha ocurrido en la Argentina.
[34] Rápidamente comenzaron a multiplicar sus efectivos, cubriendo poco a poco primero cada valle del sector argentino, luego no tardaron en cruzar la frontera y hacer lo propio con el sector chileno de la isla Grande, para proseguir más tarde con las restantes islas del archipiélago fueguino.
Para comienzos del siglo XXI ya ha conquistado todo el territorio continental, exceptuando las áreas nortinas con desierto absoluto.
Para la segunda década del siglo XXI, su población chilena sumaba 500 000 ejemplares distribuidos desde La Araucanía hasta el cabo de Hornos.
Los dos ejemplares lograron desarrollar una importante población en la isla, la que en el año 1972 se estimó integrada por 4000 coatíes.
También activa la erosión del suelo ya que durante el invierno lo expone al hozarlo en busca de invertebrados.
Pastorean sobre las especies endémicas; entre las que más afecta se encuentran Myrceugenia schulzei, Gunnera masafuerae, Dendroseris litoralis, etc.
El gato europeo doméstico (Felis silvestris catus) también forma poblaciones ferales, y como ocurre en el resto del mundo,[66][67][68] preda sobre aves y pequeños mamíferos, si bien en las áreas continentales del país su daño es limitado al estar las poblaciones nativas adaptadas a la predación de felinos autóctonos pequeños, no ocurre lo mismo con la población de gatos en la isla Robinson Crusoe del archipiélago Juan Fernández, los que están capturando a los últimos 400 ejemplares del picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis), un especie endémica de la isla.
No son numerosas las aves introducidas en Chile, siendo pocas las que cubren buena parte del territorio nacional.
[79][80] Hay dos especies citadinas introducidas desde Europa desde antaño, las cuales se encuentran en casi todas las localidades urbanas chilenas.
Hoy es abundante, tanto en las ciudades como en las zonas agrícolas, nidificando especialmente en construcciones humanas, aunque también lo hace en barrancas marinas.
Como ocurrió con otras especies trasandinas, las cuales habitan en bosques semixerófilos y ambientes rurales similares a los de Chile pero que el poder alcanzar esos apropiados ambientes trascordilleranos les fue siempre impedido por la Cordillera de los Andes, cuando fueron liberadas en suelo chileno encontraron un hábitat propicio para su expansión.
Los primeros faisanes (Phasianus colchicus) de Chile fueron importados desde Inglaterra por C. J. Lambert en el año 1886 o 1887 para integrar una colección avícola.
En 1897, 2 parejas fueron liberadas en el parque de “La Compañía”; lograron aumentar su número y se dispersaron hasta 25 km tierra adentro, pero finalmente este foco poblacional desapareció.
[79] En el año 1914, dos nuevos focos, en este caso con aves procedentes Alemania, lograron ser establecidos.
[94] En el siglo XXI la especie es más abundante en Chile que en su propia área de distribución original.
[99][100][101][102][103] La rana toro (Lithobates catesbeianus) es una de las especies más invasivas y dañinas del mundo, la cual fue llevada desde los Estados Unidos a todo el globo por ser la mejor especie de anfibio para se multiplicado en granjas productivas para ser comercializado como un alimento delicatessen.
El pez dorado (Carassius auratus) fue liberado en 1856, encontrándoselo generalmente en ambientes acuáticos de las ciudades en Santiago y Concepción.
Con el mismo origen fue incorporada la madrecita (Cnesterodon decemmaculatus) es un pez forrajero que fue introducido en Valparaíso, encontrándoselo en la Región homónima y en la Metropolitana de Santiago.
El esturión blanco (Acipenser transmontanus) se encuentra en la zona de la boca del río Maipo.
[110] La asiática carpa (Cyprinus carpio) fue la primera en ser incorporada en el año 1874; se la encuentra desde La Serena hasta Puerto Montt.
[111] Este rubro se basa en la producción acuícola de estos peces exóticos,[112] los que, además, constituyen peligrosas especies invasivas.