Accediendo desde la antigua carretera nacional II entre Jubera y Somaén, en la margen derecha de la Hoz del Alto Jalón, encontramos el pueblo escondido entre valles, tras subir durante 4 km por una retorcida carretera.
Cerca de Velilla (en Somaén) se han encontrado restos de la Edad del Hierro, y ya dentro del propio término existe una pequeña necrópolis rupestre con tumbas antropomorfas en lo alto del barranco donde se encuentra la minicentral hidroeléctrica de río Blanco.
A mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizadas 90 casas.
Igualmente es llamativo su lavadero público, digno de ser restaurado y promocionado turísticamente.
Su hija Julia fue el gran amor platónico -no correspondido- de Gustavo Adolfo Bécquer.