Vasar , vajillero o bifé denomina tanto al espacio como al elemento arquitectónico o mueble, que en las cocinas y despensas, sirve para poner la vajilla.
[3] La palabra procede del latín «vasarium-ii», a su vez de las palabras vās (“contenedor”) + -ārium (“sufijo que denota pertenencia”).
[5] Antes, las cocinas, en especial en el medio rural, carecían de otro mobiliario que el más elemental necesario, una mesa, unas sillas y baúles en proporción a la riqueza de la casa; el resto (además del fuego bajo, el anafre o los fogones de placa de hierro) lo componían diferentes tipos de vasares y alacenas que albergaban la vajilla, la cacharrería, los alimentos que no se guardaban en las despensas —si las había— y demás utensilios para cocinar y comer.
[6] En las postrimerías del Siglo de Oro Español, "vasar" podía llegar a ser sinónimo de patrimonio mueble de un individuo; con ese sentido lo utiliza Diego de Torres Villarroel en la narración biográfica titulada Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor Diego de Torres Villarroel (1743), cuando a su llegada a la corte madrileña en 1723, dice así:[7] Buena parte de la tipología que la tradición arquitectónica popular ha dejado como testimonio etnográfico puede verse en los museos relacionados con el folclore, las artes decorativas o suntuarias, o de tradiciones y costumbres populares.
[8] También se conservan modelos en palacios y castillos restaurados de Portugal, Francia, Italia, España, Grecia y los países mediterráneos del Norte de África.