Poe el fondo del valle discurre el río Eresma en su tramo más alto de su cauce.
Existen numerosas pozas y piscinas naturales en su recorrido por el valle.
En la zona oeste se encuentra el cordal de La Mujer Muerta.
Al principio la masa de pinos jóvenes es muy tupida que va disminuyendo por proceso natural y por la intervención humana que realiza diferentes limpiezas y cortas hasta alcanzar la densidad conveniente para un óptimo desarrollo del árbol.
En estos montes se encuentra una amplia diversidad de hábitats naturales que van desde los robledales del fondo del valle hasta los pastizales de las cumbres, pasando por los pinares que ocupan la mayor parte del territorio, los roquedos y canchales, las turberas, las riberas de los ríos, ríos y arroyos, las acebedas, etc.
Esta diversidad permite que coexistan en el mismo valle especies vegetales de alta montaña y especies típicas del monte mediterráneo; igualmente la fauna realizando movimientos altitudinales aprovecha los distintos ambientes según las épocas.
En las cotas inferiores a los 1400 m presenta ocasionamente un sotobosque de rebollo (Quercus pyrenaica).
El sotobosque acompañante está compuesto, principalmente, por Genista florida (retama), Juniperus communis (jabino o enebro), Cytisus purgans (piorno), y Rubus sp.
En las partes altas el sotobosque es de jabino, piorno, cambrón o cambroño (Adenocarpus hispanicus) y arándano (Vaccinium myrtillus), mientras que en las partes bajas, además de las retamas o escobas en zonas asolanadas, aparecen las madreselvas (Lonicera peryclimenum, L. xylosteum), serbales (Sorbus aucuparia), majuelos (Crataegus monogyna), endrinos (Prunus spinosa), cerezos (Prunus avium) y acebos (Ilex aquifolium).