En el año 1430 realizó una visita a la corte aragonesa en Segorbe, donde fue recibido por Alfonso V de Aragón con grandes fiestas, y donde permaneció veinte días.
Al año siguiente obtuvo la corona checa, tras lo cual nombró a Ulrico regente de Bohemia, mientras que él permanecía en su corte en Hungría.
Ante esto, Isabel, su hijo y Ulrico huyeron hacia el Imperio Germánico, donde gobernaba Federico III de Habsburgo, el cual les ofreció protección (la reina viuda húngara se había llevado consigo la Santa Corona Húngara).
En 1443, tras la muerte del gobernante Tvrko II, Ulrico manifestó sus pretensiones al trono de Bosnia, pero este nunca lo alcanzó, puesto que Juan Hunyadi actuó para evitarlo.
Así, a partir de este momento comenzó la enemistad entre Ulrico y los Hunyadi, desencadenando posteriormente numerosas pugnas personales.
Celebrada la asamblea donde fue nombrado regente, Ulrico y el joven rey Ladislao V viajaron a Belgrado para encontrarse con Ladislao Hunyadi, el hijo mayor del fallecido Juan Hunyadi, quien deseaba clarificar la situación de su familia ante las nuevas circunstancias.