Isabel de Luxemburgo

Sin embargo, al poco tiempo su esposo enfermó terriblemente y murió en 1439, dejándola embarazada.

El trono húngaro vacío y la amenaza de los ejércitos otomanos en la cercanía generó gran consternación y esta fue la causa del estallido de una serie de conflictos internos, donde una facción apoyaba a la reina, y otra consideraba más apropiado llamar al monarca polaco, Vladislao III Jagellón, para que fuese coronado rey de Hungría.

La reina fue servida durante mucho tiempo por el comandante mercenario checo Jan Jiskra, quien había sido leal al fallecido rey Alberto y a Segismundo también.

Al poco tiempo, el 13 de diciembre de 1442, consiguió que el enviado del papa, Giuliano Cesarini, consiguiese en parte hacer valer los derechos del pequeño Ladislao ante el polaco Vladislao.

Tras la muerte de Vladislao en 1444, el pequeño Ladislao que estaba siendo tutoreado por su pariente lejano, el emperador Federico III de Habsburgo, fue colocado en el trono húngaro, acordando con el comandante militar Juan Hunyadi, quien se convirtió en regente, para gobernar en nombre del infante.

Estatua de Isabel de Luxemburgo.
Bárbara de Celje seguida por su hija, Isabel de Luxemburgo