Más tarde, pero ese mismo año (1420), los Estados Generales de Francia ratificaron este acuerdo, después de que Enrique V entrara a París.Tres años más tarde, los partidarios franceses del delfín Carlos asesinaron a Juan I de Borgoña, y su hijo y sucesor Felipe III de Borgoña, indignado, formó una alianza con los ingleses.La impopular reina Isabel de Baviera consintió el tratado, frente a las acusaciones de que su hijo fuera bastardo, en lo que se podría considerar como Realpolitik.Si las dinastías se unían en torno a Enrique V, la guerra podría acabar y dejar a Francia en manos de un rey vigoroso y hábil.El clero que apoyó a Carlos VII citó la antigua Ley sálica para contestar que ninguna mujer podía transmitir el derecho de herencia al trono de Francia.