Torre campanario de Jaro

[3]​ La torre guarda un especial simbolismo histórico desde la perspectiva hispanista, ya que Iloílo fue la última capital del Imperio español en el continente asiático, y la torre la última en desempeñar esta función en los dominios españoles en el Pacífico.

En el marco de la restauración se incluyeron nuevos elementos, como las cuatro estatuas esquineras en la segunda planta.

[1]​[3]​ No muy común para la época, dadas las necesidades defensivas del momento, a pesar de que su construcción fuera facilitada por la Iglesia, se aprovechaba para que combinara ambos propósitos.

[5]​ A lo largo de los años, la estructura ha sufrido daños en repetidas ocasiones, principalmente por los terremotos que azotaron la isla Panay y la región.

Las obras de restauración no comenzaron hasta 45 años después, cuando en 1833, fray Jesse Álvarez emprendió la reconstrucción completa del edificio.

[3]​ La propia catedral de Jaro, cuyo edificio actual se construyó en 1864, resultó destruida en este seísmo.

[9]​ Poco después comenzaría la reconstrucción de la torre; fue la primera vez que los trabajos se realizaran por la CHNF y no por la diócesis.

Imagen de la torre desde el suroeste.
Vista nocturna de la renovada torre con su nueva iluminación