El río Tajo atraviesa toda la comarca de este a oeste.
En el periodo neolítico formó un territorio económico poblado por celtas vetones, de los que quedan varios restos como los numerosos verracos (animales pétreos, principalmente toros) o dólmenes.
[4] Con la reconquista, la ciudad comenzó a ganar territorios cedidos por los diferentes monarcas castellanos.
Si bien éstos debían jurar unos fueros que daban autonomía económica a la ciudad sobre todo su territorio.
[1] En ese momento histórico, la capital comarcal ha quedado destrozada por la Guerra de la Independencia y su poder económico depauperado.
La ceremonia se lleva a cabo en la Basílica del Prado ante la imagen de la Virgen y la autoridad religiosa.
La flor tradicional es la jara, que da nombre a una de sus comarcas.