En 1935, con 19 años, pidió el ingreso en la Unión de Juventudes Comunistas (UJC).
[1] En esas fechas se decidió que las mujeres abandonaran la lucha militar y volvieran a la retaguardia.
Ella quiso instruirse para piloto de aviación pero no fue admitida, su hermano sí lo fue y murió en la Segunda Guerra Mundial.
En Benicasim trabajó como enfermera en un hospital de sangre tras realizar un cursillo intensivo.
Al aproximarse las fechas del parto fue trasladada de nuevo a Ventas.
Unos días después dio a luz y se quedó con su hijo en prisión ante las duras condiciones familiares.
En la cárcel coincidió de nuevo con Enriqueta Aroca y su hermana Josefina.