Redención de penas por el trabajo

[1]​ A través del trabajo, el preso reducía hasta una tercera parte su condena en prisión y además obtenía unos pequeños ingresos.

[2]​ Todos los reclusos que mantuvieran una buena conducta y no hubieran intentado quebrantar la condena podían acogerse a la Redención de penas por el trabajo.

Importantes empresas de la construcción, obras públicas y minería (como Banús, Dragados, Duro Felguera, Marroquín, Molán, San Román, etc.) obtuvieron grandes beneficios gracias al uso del trabajo forzado de los presos, en su mayoría presos políticos.

[6]​ Una valoración que comparten otros historiadores como Julián Casanova, Gutmaro Gómez Bravo o Javier Rodrigo.

El estado recibía además un dinero que le servía para sufragar el sistema penitenciario», afirma.

[10]​ El primer paso para que trabajaran en el exterior también los presos políticos condenados o preventivos («los prisioneros de guerra y presos por delitos no comunes») fue la promulgación del Decreto 181 de 1937 en cuyo preámbulo se decía lo siguiente:[10]​

El historiador Santiago Vega Sombría analiza así este preámbulo: «Se les ofrece a los presos rojos, en una muestra de caridad cristiana.

Eso sí, sin descuidar la vigilancia necesaria a los que se olvidaron de ser patriotas.

Pero, en lugar de liberarlos para que ayuden mejor a sus familias, los mantiene sujetos, encarcelados y explotados económicamente.

Que no se constituyan en peso muerto sobre el erario público, aborda uno de los objetivos más importantes, el más material, es decir, que los presos no le "cuesten dinero" al nuevo estado...

Este organismo, dependiente del Ministerio de Justicia, aunque muy influido por los militares, asignaba parte de ese salario al preso y a su familia, e ingresaba el resto a la Hacienda Pública.

[16]​ La Redención de penas por el trabajo representó para el régimen franquista la perfecta simbiosis entre la regeneración espiritual y física del recluso, obteniendo el Estado, además, un beneficio.

[17]​ El trabajo era visto como un elemento de utilidad y como conversión del propio pecado.

Tras esta concepción cristiana estaba la Iglesia que intentaba aportar unos tintes humanitarios al sistema penitenciario.

Cuando el preso estaba casado percibía 4 pesetas y una más por cada hijo menor de quince años.

[cita requerida] El Valle de los Caídos fue construido recurriendo a los presos que se habían acogido a la redención de penas por el trabajo, en su mayoría presos políticos republicanos, al menos hasta 1950.

Hecho prisionero en el puerto de Alicante al finalizar la guerra, Félix Paredes (escritor), uno de los más representativos poetas anarquistas afiliado a la CNT, fue condenado a muerte junto con otros redactores de La Libertad, incluido Eduardo Haro Delage, por encontrársele “responsabilidad intelectual en la lucha política”; sin embargo, la pena le fue conmutada por el encarcelamiento.

[30]​ En Asturias se levantaron campos alrededor de las minas para que trabajaran allí los presos.

Embalse de Yesa (entre Zaragoza y Navarra) en cuya construcción trabajaron presos acogidos a la redención de penas por el trabajo.