Las hostilidades las desataron en el 627 el gran kan Tong Yabghu de los turcos azules occidentales y el emperador Heraclio del Imperio bizantino.
El emperador bizantino Heraclio se encontró políticamente aislado tras el primer asedio de Constantinopla que llevaron a cabo conjuntamente ávaros y persas.
[5] El gran kan deseaba fervientemente asegurar el comercio chino-bizantino por la ruta de la seda, que los persas habían interrumpido tras la segunda guerra perso-turca.
[7] Mil jinetes se abrieron paso a la fuerza por la Transcaucasia persa y entregaron el mensaje de su gran kan en el campamento bizantino en Anatolia.
Los turcos azules y sus aliados jázaros marcharon hacia las Puertas Caspias, en Derbent, a comienzos del 627.
Los turcos y los jázaros las alcanzaron cerca del pueblo de Kalankatuyk; aquellos que no perecieron allí fueron hechos prisioneros.
[11] Heraclio y Tong Yabghu (al que las fuentes bizantinas llaman Ziebel) se encontraron junto a las murallas de Narikala.
El yabgu avanzó a caballo hasta donde se hallaba el emperador, le besó el hombro e hizo una reverencia.
Pero este partió también al poco, dejando solos a los bizantinos y desatando las burlas de los sitiados.