Cuando llegaron al vital nudo de Tiocajas se encontraron con el ejército inca dispuesto a detener su avance.
Sus guerreros además, ya se habían acostumbrado a luchar contra arcabuces, cañones y caballería.
En ella se revelaron los cañaris como excelentes guerreros, convirtiéndose así en valiosos auxiliares de los españoles.
Las tropas hispano-cañaris lograron romper el cerco de los quiteños y maniobrando con la caballería, atacaron al enemigo por la retaguardia, derrotándole.
Por lo menos nos quedará este contento de haber hecho nuestro deber como honrados y valientes."